lunes, 13 de abril de 2020

Coranavirus chilensis. Diario de un habitante en el fin del mundo (1)


El último hombre en la tierra

                                                                                                              13 de abril del 2020
Odiado diario:

¡Qué manera de comenzar una historia! Con el sentimiento más abyecto que puede experimentar un ser humano. El odio.

Me encuentro encerrado en mi pequeño departamento. Absolutamente solo y sin más compañia que las hormigas, que hurgan en mi basura; las arañas de rincón y las arañas tigres, en su sempiterna guerra declarada; los ácaros imperceptibles de mi cama y una que otra mosca, que visita mi departamento del piso 14. El contacto humano es a través de internet y de mi celular. He privilegiado las videollamadas, con el fin de experimentar un símil del contacto humano. Sí, ya lo sé. ¡Es patético!

Pero... ¿cómo llegué a esta situación?

La televisón y las redes sociales, me han dado las respuestas más disímiles que he visto en mi vida, a saber:

 Un chino, en un mercado de la localidad de Wuham, donde se venden animales exóticos, habría ingerido un murciélago, el que contenía un extraño virus mortal. Este ingresó a su organismo y, por contagio exponencial, se diseminó por el mundo, infestando (no solo infectando) a una población que nunca se encontró preparada para un evento de monumentales proporciones.

Una cepa, que fue creada por países desarrollados en sus laboratorios con tecnología de punta, fue expuesta e infectada en humanos cobayas, con el fin de diesmar a la gente, porque ya la superpoblación de la tierra estaría causando estragos en escasas décadas más.

Dios, retrotrayéndose al estado del antiguo testamento, nos envió una plaga, al estilo de las del antiguo Egipto, para hacernos pagar culpas y pecados, tales como la concupiscencia, el adorar a falsos dioses (como el dinero, por ejemplo), el secularismo y el hedonismo. Solo los creyentes consecuentes sobrevirían a este holocausto de proporciones bíblicas.

Y quizás, cuántas posibilidades más...

Porque llegó una plaga que mata a las personas. La denominaron científicamente como COVID 19. Coranavirus, para los amigos. Se introduce al organismo por vías respiratoria, ocular o nasal. Ataca los pulmones y, si se tiene otra enfermedad anterior y una edad avanzada, la muerte ronda peligrosamente a cualquier persona.

Se impuso una cuarentena preventiva en varias comunas de la Región Metropolitana (la mía se encuentra en ese predicamento), por lo que me encuentro encerrado desde hace dos semanas y media. Vivo solo y en un piso en donde los vecinos viven de manera tan apacible e imperceptible que experimento la extraña sensación de la soledad absoluta. 


He tragado horas y horas de programación televisiva de cable y visitado demasiadas páginas de internet.

No sé hasta cuando podré soportarlo...

No hay comentarios: