miércoles, 3 de febrero de 2021

Homo Deus o el diario del lunes del 2150. Seudo crítica literaria.


Soy una de las víctimas pasivas del COVID 19, es decir, vivo encerrado en mi departamento de Ñuñoa. Poseo un trabajo que me permite desarrollarlo de manera virtual y no pertenezco a esa clase dominante de mi país indolente y asegurada, que se pasea por balnearios, sin que nada ni nadie los detenga. De igual manera, tampoco soy integrante de las clases más desposeídas de Chile. Aquellas que viven hacinadas, viviendo el día a día y sufriendo lo indecible, debido a esta pandemia mundial. El encierro de la cuarentena absoluta por meses y los sábados y domingos en las últimas semanas, han trazado mi vida casi todo el 2020 y el comienzo del 2021. Trabajo vía internet; desayuno, almuerzo,  té y un largo tiempo para ver televisión y escuchar programas alternativos por la red consumen mi existencia.

Fue en uno de estos podcast (Comando Jungle) que oí mentar a un tal Harari, como un analista de lo que sucede en el mundo y de las posibilidades de lo que vendrá. Luego en otro (llamado La Cosa Nostra) , volví a escuchar su nombre. No le di mayor importancia, ya que era el mismo periodista el que hacía referencia a él. Fue cuando, y en otros medios alternativos, se reiteró el apellido del israelita, como aquel que proponía una mirada distinta del porvenir. Uno no es ninguno, dos es coincidencia y tres es costumbre. En una conversación familiar lo mencioné y me hijo mayor me confesaba que había comprado el Sapiens: De animales a Dioses, del mismo autor, pero que permanecía intacto en su biblioteca, por ende, no me podía aportar mucho, mientras no la leyera. A estas alturas el bichito de la lectura ya había realizado su trabajo y me dirigí a la Feria Chilena del Libro de Huérfanos. Era 23 de diciembre y las calles del centro de Santiago se encontraban atestadas debido a las compras navideñas (era un asueto en plena pandemia, que se asumía como una terapia liberadora), sin embargo, en el salón de la feria había solo unas cuantas personas, lo que no habla muy bien de nuestro consumo y capacidad de lectura.

Me ofrecían tres posibilidades. Sapiens: De animales a dioses (descartado. Mi hijo ya lo poseía), un libro de ensayos y Homo Deus. Escogí este último y lo compré. Era mi auto regalo de navidad (aunque también me llevé la novela gráfica 1959, de Ortega y Dániel, porque debía continuar con la continuación de 1899). Sus más de cuatrocientas páginas las despaché en una semana. Debía releerlo continuamente, no por problemas de comprensión de lectura, sino porque me daba la impresión que tenía entre mis manos un texto que traje del futuro y sus provocadoras ideas merecían tal relectura. Les resumo lo más relevante:

- En un futuro muy cercano, como especie, intentaremos lograr la felicidad, la inmortalidad y la divinidad, utilizando como pilares a la ciencia biológica, la robótica y la informática.

- Nuestro siguiente estadio evolutivo sería  transitar de homo - sapiens a homo - deus.

- El verdadero tesoro a disputar por los poderosos sería el conocimiento. Harari lo denomina Dataísmo.

- Al parecer, tanto lo material como lo inmaterial, serían explicados por los algoritmos.

- Finalmente, nos deja las siguientes interrogantes:
"¿Son en verdad los organismos solo algoritmos y es en verdad la vida solo procesamientos de datos?
¿Qué es más valioso: la inteligencia o la conciencia? 
¿Qué le ocurrirá a la sociedad, a la política y a la vida cotidiana cuando algoritmos no conscientes, pero muy inteligentes nos conozcan mejor que nosotros mismos?" (Harari, 2020)

Experimenté sentimientos encontrados. El lado claro de la fuerza prometía que, en pocas décadas, nuestros descendientes vivirían mucho más que 100 años. Sus organismos, pese a esa cantidad de tiempo, se encontrarían en perfecto estado. Podrían desarrollar no uno, sino que varios proyectos durante su existencia, entre ellos, estudiar y desarrollarse en varios oficios. Mejorar su calidad de vida, optimizando partes de cuerpo, incluso integrándolas a internet, sin necesidad de un ordenador periférico. En el lado oscuro de la fuerza, ese futuro ofrecería a nuestros vástagos tales posibilidades o más solo si pertenecen a países desarrollados, caso contrario se mantendrían como simples sapiens y no aspirarían a homo deus, incluso podrían sufrir una posible extinción (como les ocurrió a los neandertales). Apocalíptico devenir.

Esta vez no era una película de anticipación terrorífica, una novela de CI-FI que prometía un futuro negro o una novela gráfica que jugaba con ucronías depresivas. Es un profesor de historia, que con sólidos argumentos, investigaciones basadas en conocimientos bibliográficos amplios y especulaciones inteligentes se hace cargo del porvenir de esta humanidad que se dirige a un cambio de paradigma que, según este autor, parece inevitable. 

Título: Homo Deus.
Autor: Yuval Noah Harari.
Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial S.A.
Páginas: 490.
Año: 2020. 
 

No hay comentarios: