jueves, 29 de noviembre de 2007

Encubriendo a Madame Bobary


Madame engañaba a su esposo y lo hacía con estilo. De esto último me encargaba yo, su detective privado. Conocí al desafortunado por una foto que Madame me proporcionó. Comencé por proporcionarle un celular utilizable únicamente con tarjeta prepagada; luego le hacía las compras del supermercado, mientras ella desaparecía momentáneamente; más sofisticado aún, un estilista le realizaba un corte de cabello en minutos, que a ojo de experto, demoraría horas, las mismas que necesitaba para escabullirse por ahí. Finalmente, la vi salir de un motel del brazo del otro… era el mismo sujeto de la fotografía que me facilitó Madame.

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