domingo, 26 de mayo de 2024

Vampirismo docente VII parte


 Dorian, que sería la última personalidad que asumiría, decidió alejarse del horror que había provocado y recaló en Japón, experimentando el cambio de siglo en esas tierras del sol naciente. Volvió a ser un silente testigo de ese mundo que ya conocía como la palma de su mano. Asistió al fin del período Meiji, el ascenso del emperador Hirohito en 1926 y se sorprendió con el desbocado desarrollo político, económico y militar nipón. Va a ser este siglo XX el que Dorian predecirá con la exactitud de un profeta, debido a su inmortalidad melancólica, que arrastraba ya hace más de veinte siglos. Volvió a las aulas e impartió sus clases en distintas escuelas de Tokio, Osaka y Kioto, siendo despedido de todas ellas, ya que anticipaba procesos históricos y escenarios político-geográficos, que para esos años resultaban impensados. Fue tomado por demente, aislado de sus estudiantes y encerrado, ya que predijo la caída del imperio. Fue torturado y vilipendiado por la policía secreta de ese país. Aún así, no cejó en su empeño, más para demostrar la necedad humana, que un auténtico afán de salvarla de su fatal destino. Se convirtió en una Casandra contemporánea que les gritaba las verdades en la cara a los hombres, sin embargo, estos no solo no daban ningún crédito a sus palabras, sino que se mofaban y abusaban de él.

Finalmente, es deportado del Japón por ser considerado persona non grata. Su inverosímil travesía lo llevó a Europa. El resultado devino en lo mismo. Fue destituido de cuanto colegio impartió sus apocalípticos augurios. Vaticinó los advenimientos de la Segunda Guerra Mundial, la derrota del nazismo y la precaria ventaja que obtendrían el capitalismo y el comunismo durante las últimas décadas del siglo XX. En Alemania es tomado prisionero por sus blasfemias al Tercer Reich y enviado a Auschwitz. Humillado hasta lo indecible, los encargados de ese campo de concentración pasaron por alto la extraña y vigorosa juventud de Dorian, en contraste con los famélicos prisioneros de ese infierno en la tierra debido a que el ocaso de Hitler era inminente y se habían aflojado las medidas de control y seguridad internas. La caída de la Alemania Nazi no fue su liberación. La llegada de soldados soviéticos y estadounidenses a Polonia, si bien, significó el término de los espantosos apremios, el hecho de encontrar un reo en intactas condiciones llamó la atención de los mandamases rusos y americanos, más fueron estos últimos quienes lo condujeron a una dependencia secreta al sur del estado de Nevada, llamada Groom Lake. Era un campo de pruebas y entrenamientos, en donde Dorian fue objeto de estudio. Descubrieron su vampirismo ocular, más no así su inmortalidad. Dorian decidió mentirles, ya que advirtió que nunca lo dejarían partir, si se enteraban que era un erudito excepcional por haber vivido tantos siglos y vidas. Le realizaron numerosas pruebas y experimentaron con su persona, llegando a suplicios extremos, mas no lograron descubrir la poderosa arma que significaba su mirada. Pronto perdieron interés en él y lo dejaron como un huésped permanente en ese recinto militar. Esperó pacientemente su oportunidad y, en un descuido, escapó de esa prisión, con técnicas que dominaba a la perfección, perdiéndose en la oscuridad de la noche en que logró su liberación. Nuevamente se convirtió en un paria entre los hombres. Al darse cuenta del horror que se avecinaba, buscó un país y una ciudad que se ubicara lo mas alejada de los funestos acontecimientos que arribarían. Fue Santiago de Chile la elección. Tierra no exenta de problemas. Dorian, por esta vez, calló la llegada democrática a la presidencia de ese país de un socialista y el posterior e incruento golpe que de estado que perpetraría un oscuro y ambiguo general. Arribó el siglo XXI y Dorian, que había pronosticado la caída del muro de Berlín y la de los socialismos reales, la decadencia de los Estados Unidos y la unión entre Rusia y China, se aprestaba a vivir el año 2035.

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