Un importante dossier para Kron
Se respiraba entrecortado en el salón de reuniones secretas de Kron. Sus asesores temblaban ante su sola presencia. La espantosa experiencia de citas pasadas justificaba tal sentimiento. El déspota se materializó, junto con su guardia privada en el nivel más alto del lugar. El silencio se hizo de inmediato.
El motivo de las vistas parecía ser rutinario, pero con el carácter de Kron nada estaba absolutamente asegurado. Los supervisores del seguimiento de los exiliados comenzaban su disertación. Uno a uno explicaban, con riguroso detalle, cada caso. Sólo callaban cuando el dictador levantaba, casi imperceptiblemente su mano derecha, indicando el término de la exposición y el turno del siguiente.
La reunión se tornaba extensa en extremo. Comenzó el turno del supervisor de los reos de la ciudad de Santiago de Chile:
- Paul Vásquez. Aún realiza denodados esfuerzos por destacar en su oficio. Se encuentra confinado en un programa de televisión pagada, sólo visto por los adeptos a un equipo de fútbol. No ha superado su adicción las drogas. Está domesticado.
- Alex y Hans Vásquez. Definitivamente separados el uno del otro. El primero intenta rutinas callejeras en solitario. En ocasiones, se presenta con un humorista nativo que no presenta mayores riesgos. Su apodo es "Cachencho". El segundo se ha sumido en una profunda tristeza. Caso perdido. Objetivo logrado.
- Roberto y Juan Carlos. Roberto se alió con un humorista de cierto renombre en las calles. Su apelativo es "El Turrón". "Turrón" llevó a su parner a un programa de televisión nocturno. Fue una de las noches más terribles de Roberto. El animador se burló de él y de su primitivo humor. Juan Carlos se emparejó con el "Banana" y crearon un binomio que cree ser exitoso, de nombre "Risas.com". Sus logros son reconocidos únicamente por los visitantes de Plaza de Armas. Objetivo logrado.
- El loco Freddy. Llamado por todos los asistentes a la reunión como "la presa fuera de programa". Las consecuencias de la operación realizada en su cuerpo es seguida con vivo interés por los facultativos de Cubewano. Se asume un gran humorista, cuando en realidad es un pelmazo. Lo único que esperan los asistentes a su espectáculo en golpearlo con intensidad en el antebrazo derecho. Es la manera que tiene Freddy de llamar la atención de su "público". Objetivo logrado con honores. Aplauso cerrado de los asistentes del salón.
- ¿Eso es todo?, expresa con voz de mando Kron.
- Eso es todo, repite el asesor.
- ¿Y que pasó con el "Chino y el "Indio"?
-Verá, su excelencia. Ellos, al parecer, se suicidaron, ya que no se registra actividad sico - motora alguna.
- Bien... verifique esa presunción. De ser así. Cerramos esos casos con el deber cumplido.
Retírense!
Hacía tiempo que los asesores no presenciaban una reunión tan exitosa. Se felicitaron mutuamente y esa noche durmieron plácidamente. Sin embargo no existían razones para ello. El caso es que el "Indio" y el "Chino"descubrieron la manera de escape por simple casualidad. La clave se las dio el mismo habitante de la ciudad de Santiago, es decir, el perfil de su personalidad.
El "Chino", primer reo llegado a a la tierra, comprendió con los años que el habitante chileno, en especial el santiaguino, escapa a su realidad y acepta gustoso la que le proponen sus líderes, sin presentar reparos. Para ello, el olvido, la monomanía, el tedio, la rutina, la paranoia a lo desconocido y el fatalismo son elementos que producen un cóctel irresistible.
Estos cómicos, seres de mente superior, se sometieron a un proceso de empatía con la mente nacional. El resultado les trajo como consecuencia la quema de los dispositivos alojados en sus mentes y la posterior muerte cerebral. Eran dos entes deambulando por las calles de la capital sin mayor interés que una ignorante supervivencia. El resto de los humoristas, agradecidos de sus amigos de ruta, seguirían felices, y esta vez para siempre, sus pasos.
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