lunes, 17 de diciembre de 2007

Divagaciones absurdas, pero peligrosas.

Cuando nuestro país era solo una capitanía fue llamada por los conquistadores como la "Fines terrae", es decir, la tierra del fin del mundo, no quedando especificado si tal denominación era por su lejana ubicación o porque aquí se viviría el fin del planeta de manera anticipada.
El nombre del país, Chile, lo condenó al olvido, ya que para el resto del mundo se designa de esa manera a un famoso ají picante mexicano.
De los consagrados nacidos en esta tierra y que destacaron en el extranjero, se conoce absolutamente toda su trayectoria, a excepción de su nacionalidad. A saber, Gabriela Mistral, Miguel Littin, Vicente Huidobro, Roberto Matta, por nombrar sólo algunos.
De igual manera, recordamos a Neruda no por su poesía excepcional, sino por su ideología política y su aburrido timbre de voz, demostrando una ignorancia que espanta.
Si de conocidos se trata, alguna vez se mencionó nuestra patria por el tristemente célebre dictador Augusto Pinochet, una probable encarnación del mal.
Hemos desarrollado dos antivalores capitales: la intolerancia y la violencia solapada, como también poseemos un par de enfermedades cataclismáticas: el tedio y la pérdida de memoria.
Se nos enseñó en el colegio que esta era la copia feliz del edén, sin embargo, el forado en la capa de ozono, ubicada sobre nuestras cabezas nos condena a convertir a Santiago en un neopandemonium.
¿Todavía existe alguna duda de verdadero lugar en que nos encontramos viviendo?

sábado, 15 de diciembre de 2007

Confusión de roles.


¿Por qué siempre los santiaguinos queremos ser como el conejo Bugs, cuando sabíamos desde un principio que estábamos destinados a encarnar al pato Lucas?

jueves, 29 de noviembre de 2007

Encubriendo a Madame Bobary


Madame engañaba a su esposo y lo hacía con estilo. De esto último me encargaba yo, su detective privado. Conocí al desafortunado por una foto que Madame me proporcionó. Comencé por proporcionarle un celular utilizable únicamente con tarjeta prepagada; luego le hacía las compras del supermercado, mientras ella desaparecía momentáneamente; más sofisticado aún, un estilista le realizaba un corte de cabello en minutos, que a ojo de experto, demoraría horas, las mismas que necesitaba para escabullirse por ahí. Finalmente, la vi salir de un motel del brazo del otro… era el mismo sujeto de la fotografía que me facilitó Madame.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Letras, números y locaciones.

Profesora de matemática, ella; profesor de literatura, yo. Supe de su existencia el 01 en un colegio Ñuñoíno. Nuestras miradas se encontraron el 05 en un teatro de Morandé. El 11 redescubrimos a Neruda en Bellavista. Reímos de la vida en un café concert de Providencia el 15. Cachureamos en el Persa Bío-Bío el 21. El 25 sentí su calor corporal en una casona de Miraflores. Le confesé mi amor en el Teleférico del San Cristóbal el 28. Partió al norte el 31 sin dar razones. La felicidad no existe. Letras y números sólo conviven en el álgebra y la trigonometría.

martes, 27 de noviembre de 2007

Un licántropo olvidado en Santiago

Sin ninguna razón, una noche de luna se convirtió en hombre lobo. Asustado, permaneció escondido varios días en su departamento de Plaza Italia. La semana siguiente enfrentó la realidad. No lo hubiera intentado jamás. En su trabajo de la Municipalidad lo despidieron por desaseado y su novia le dio calabazas porque los machos peludos le repugnaban. Probó suerte con lo alternativo. Los punk y góticos del Paseo Ahumada lo corrieron por ausencia de glamour y en una discoteca lo trataron de desubicado, ya que era noche de vampiros. Hastiado, abandonó la capital rumbo a Hollywood. Ahí encontraría trabajo y amigos verdaderos.