jueves, 29 de noviembre de 2007

Encubriendo a Madame Bobary


Madame engañaba a su esposo y lo hacía con estilo. De esto último me encargaba yo, su detective privado. Conocí al desafortunado por una foto que Madame me proporcionó. Comencé por proporcionarle un celular utilizable únicamente con tarjeta prepagada; luego le hacía las compras del supermercado, mientras ella desaparecía momentáneamente; más sofisticado aún, un estilista le realizaba un corte de cabello en minutos, que a ojo de experto, demoraría horas, las mismas que necesitaba para escabullirse por ahí. Finalmente, la vi salir de un motel del brazo del otro… era el mismo sujeto de la fotografía que me facilitó Madame.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Letras, números y locaciones.

Profesora de matemática, ella; profesor de literatura, yo. Supe de su existencia el 01 en un colegio Ñuñoíno. Nuestras miradas se encontraron el 05 en un teatro de Morandé. El 11 redescubrimos a Neruda en Bellavista. Reímos de la vida en un café concert de Providencia el 15. Cachureamos en el Persa Bío-Bío el 21. El 25 sentí su calor corporal en una casona de Miraflores. Le confesé mi amor en el Teleférico del San Cristóbal el 28. Partió al norte el 31 sin dar razones. La felicidad no existe. Letras y números sólo conviven en el álgebra y la trigonometría.

martes, 27 de noviembre de 2007

Un licántropo olvidado en Santiago

Sin ninguna razón, una noche de luna se convirtió en hombre lobo. Asustado, permaneció escondido varios días en su departamento de Plaza Italia. La semana siguiente enfrentó la realidad. No lo hubiera intentado jamás. En su trabajo de la Municipalidad lo despidieron por desaseado y su novia le dio calabazas porque los machos peludos le repugnaban. Probó suerte con lo alternativo. Los punk y góticos del Paseo Ahumada lo corrieron por ausencia de glamour y en una discoteca lo trataron de desubicado, ya que era noche de vampiros. Hastiado, abandonó la capital rumbo a Hollywood. Ahí encontraría trabajo y amigos verdaderos.