viernes, 29 de agosto de 2008

El alma nacional

2 ÁTOMOS DE CARBONO,
1 DE OXÍGENO
Y 6 DE HIDRÓGENO


El jueves pasado en la noche los contrastes se andaban estorbando unos a otros. Aunque, también se escapó una coincidencia. Mi hijo mayor salió con unos amigos de la universidad a carretear. Yo tuve una cita con una encantadora fémina esa misma noche. Él fue a la disco más famosa de Valparaíso, El Huevo. La preciosa damisela y un servidor dirigimos nuestros danzantes pasos a la disco Eve de Vitacura. Su fiesta temática se denominaba Monstruos del rock. La mia era un After-office. Ambos llegamos puntuales al evento. Él a las doce de la noche, yo, a las diez. Su movida era, entre otras, disfrutar en vivo de música en cuatro ambientes. La mia era bailar al ritmo de los maravillos sones ochenteros. Se dedicó a poncear (1) toda la noche a varias lolitas del lugar. Si yo intentaba siquiera mirar más de la cuenta a una morena de ceñidos jeans era hombre muerto. El pagaba todo con su credencial universitaria, que daba interesantes descuentos. Mi chequera sufría cada vez que la abría. Ingirió chelas a destajo. Bebí un margarita, un clavo oxidado, un mojito y un destornillador. Ambos acabamos en el baño en calamitoso estado de intemperancia, abandonados, sucios y pensando cómo llegaríamos a la casa sin despertar a nuestra madre/esposa.

(1) Poncear: V.I. (del latin poncius, -are). Manifestaciones tactiles de cariño realizadas por un hombre a distintas mujeres en un breve lapso de tiempo, en un mismo evento y lugar y con la complacencia de toda la concurrencia. Carreter, Lázaro. Diccionario práctico de lolalia. (copyright en trámite).