martes, 15 de septiembre de 2009

Síndrome de Personalidad Múltiple

Este extraño suceso ocurrió en el Santiago de fines de los sesentas, es decir, cuando aún vivíamos la edad de lo inocencia. El programa de TV se llamaba "¿Quién soy yo?". Era conducido por Enrique Bravo Menadier. Algunos de sus panelistas eran Marta Blanco, María Eugenia Oyarzún y Jorge Romero "Firulete". El segmento publicitario se encontraba a cargo del "Tío Agustín" y nosotros, cándidamente, sintonizamos el show que se emitía todos los jueves. Básicamente, se proponían concursos de cultura general, sin embargo, lo más esperado por todos era un juego que consistía en detectar la identidad de una persona por parte de los panelistas. Para ello se disponía de dos señuelos y el titular. El jurado les hacía preguntas acerca de su vida para finalmente intentar dar con el "ser" correcto.
Recalco la palabra "ser" ya que es ahí donde comienza la verdadera historia.
"Seres" de otros planetas llevaban siglos visitándonos y nuestra capital no escapaba a ello. Una noche, un grupo de Sepimeritas recogían evidencias en el Parque Metropolitano y, al igual que en la película ET, olvidaron a una tripulante, remontando el vuelo en una fantástica nave. La Sepimerita vio aterrada como sus compañeros la dejaban a su suerte en un planeta desconocido. Vagó por horas, hasta que encontró un paradero de comidas abierto. Al ingresar y ver la verdadera forma de los humanos, rápidamente adaptó su estructura ósea y carnal. Al sentarse en unas de las mesas los parroquianos admiraron a una hermosa mujer de baja estatura, de interesantes curvas, ojos almendrados y de copiosas pecas en su rostro.
No faltó el varón que la invitó a cenar, pero al tenorio le duro poco su conquista, ya que su mujer irrumpió en el local para llevarse al tunante. La alienígena mutó rápidamente su cuerpo a una señorona mal aspectada con pésimo humor, lo que inmediatamente bajó la guardia de la esposa. Descubrió que esa era nuestra debilidad. Había que darnos por nuestro lado y así se aseguraría una estadía placentera en nuestra metrópolis. Fingió ser varias personas a la vez, aunque la que más le resultaba era la de amiga leal de sus amigas y la tía bonachona de las familias que frecuentaba, mas en el terreno sentimental no lograba dar en el clavo. Se metamorfoseaba e iba de fracaso en fracaso con los hombres que le atraían.
Finalmente la tenemos instalada en el antiguo set de Televisión Nacional, ubicado en la calle San Martín, concursando en el programa "¿Quién soy yo?" como uno de los señuelos e intentando ganar unos cuantos escudos, que era la moneda de aquella época. Eran tantas las ganas que tenía de agradar que no captó la esencia del juego. Cada vez que le preguntaban por su identidad cambiaba su voz y su estructura y se posesionaba para ser quien no era. Ya los conductores, equipo y público en la sala, observaban espantados como la bella cambiaba su esencia cual camaleón con sobredosis. Enrique Bravo Menadier, para salir del paso quiso zanjar el desaguizado y pronunció las esperadas palabras:
- Señorita Marcela Paz Osorio Berríos... ¿quién es realmente usted?
Pero la atribulada viajera estelar se levantó de su asiento, junto a la verdadera señorita Osorio y calcó con una exactitud terrorífica todo la fisonomía de Marcela. La estantería al fin se vino abajo y la sepimerita salió como pudo de aquel lugar para perderse definitivamente entre las calles santiaguinas.
Obviamente, el programa no era en vivo y jamás salió al aire. La cinta fue guardada bajo siete llaves y no se habló más del asunto... hasta ahora. Lo único que no he aclarado, ya que esta historia queda registrada en este blog, es la respuesta que debía haber dado nuestra hermosa alienígena a la pregunta de Enrique Bravo Menadier. Creo que hasta el día de hoy ella no ha logrado darla... lo llaman problemas de autoconocimiento.

sábado, 22 de agosto de 2009

Un problema de semántica


Siempre he preferido dar el nombre correcto a las cosas. La precisión idiomática es una de mis pasiones. Si la gente expresara con exactitud lo que desea comunicar se solucionarían bastantes problemas en este mundo. Todo se encontraría en su lugar y no habría cabida a malas interpretaciones, que nos han costado irremediables malos entendidos o sobrentendidos, incluso terribles diferencias, cuyas asperezas tardan años en limarse.
Les expongo como ejemplo la palabra "femicidio". La encierro entre comillas no por capricho, sino para resaltar que es una palabra que no existe formalmente. La Real Academia Española no la ha incluido en ninguna de sus recientes ediciones, sin embargo los medios de comunicación, a quienes odio con todo el alma por el fomento espantoso a la incultura y deformación de la realidad, la usan con un desparpajo exasperante.
Para darle un peso específico a mis argumentos, le consulté a una respetada profesora de lenguaje de un colegio del sector oriente de la capital respecto al concepto de marras. Me confirmó lo que ya sabía. "Femicidio" como concepto no existe. Aún más, agregó que si se quiere conceptualizar el hecho de matar a una pareja femenina, este palabreja no lo explica correctamente. Más bien, "femicidio" (de existir realmente tal palabra) significaría matar a una mujer por el sólo hecho de serlo, que no es la verdadera intención de los agresores.
Como les explicaba al comienzo, siento pasión por denominar correctamente las cosas, así que no tengo otra salida que aguardar el bendito momento en que los señores académicos den su venia al exacto nombre de tan repudiable acto y los restos de Raquel, dispersos por Santiago tengan al fin un merecido descanso ya que apareció el vocablo preciso.

sábado, 15 de agosto de 2009

La Paila

A Samuel le precedía su fama, en especial desde que adquirió un auto propio. Frente a sus amigos se jactaba denominando al vehículo como "la paila".
-¿Por qué?, preguntaban socarronamente sus amigos.
- Porque la mujer que sube a mi cacharro esta "frita", respondía riendo con todo su cuerpo.
La pandilla amplificaba la imagen de Samuel por todo el vecindario:
-Es un monstruo con las mujeres.
-Se "ha comido" a todas las lolas que ha deseado.
-Ahora que compró un "tocomocho" nada lo detiene.
Beatriz no creía en imágenes de cartón. Luego de haber puesto en su lugar, cachetada mediante, a Carlos, por atreverse a decir públicamente que ella estaba interesada en su persona (nada más falso, ya que la bella joven, de un sólo papirote, lo había devuelto a la realidad) pensaba poner orden a tanto machismo imperante. Era el turno de Samuel. Era hora que alguien le revelara unas cuantas verdades a ese insolente seductor de pacotilla.
La cita no se hizo esperar. Era un jueves en la noche y Beatriz subía mansamente al carro de Samuel. Deambularon por República, La Alameda, Providencia y Pedro de Valdivia. La conversación era trivial y aburrida. Samuel estacionó su juguete con ruedas en una oscura calle.
-Es el momento, se dijo a sí misma Beatriz.
-Pasa al asiento trasero, dijo Samuel, con un tono de voz que imitaba malamante a un seductor.
La joven cambió de asiento y se aprestó para darle la lección de su vida al farsante.
-Ya verás si esta chatarra se sigue llamando la "paila". ¿"Así que estoy frita"? ¿Vas a comerme al igual que las otras?, pensaba con ira la damisela, mientras se acomodaba en el asiento. -Ponme un dedo encima y verás lo que te espera.
En ese momento unas finas manos de metal con unos terminales de tenazas aparecieron de las sombras y desvistieron en segundos a la mujer. Acto seguido, tanto el asiento posterior como el resto de la cabina se convirtieron en metal y de unas diminutas troneras fueron lanzadas salsas, aceites, ajo molido y cebollines picados, para finalmente subir la tempertura de las planchas a un calor insoportable.
Beatriz, al borde del pánico supremo, del dolor insoportable y la muerte inminente, observó cómo Samuel la miraba con ojos lascivos tras la ventanilla, al tiempo que sus manos empuñaban firmemente un cuchillo y un tenedor, regalo de su piadosa madre, que ya en paz descansaba en la corriente sanguínea de su hijo único.

miércoles, 22 de julio de 2009

UN OBJETO (in) DESEABLE...

La primera pin up chilena

Si a Rosita González le hubieran anticipado que su pacífica existencia sufriría un vuelco tal que nunca volvería a ser la misma, habría meditado varias veces el hecho de aceptar la invitación a Viña del mar de su amiga aquella calurosa tarde de enero de 1970. Frisaba los treinta años en ese entonces. Olga trabajaba de asesora del hogar en una elegante casa de la Ciudad Jardín y ese fin de semana las coincidencias andaban estorbándose unas a otras. Los dueños de casa viajaban al extranjero y el marido de Rosita, que en ese tiempo las hacía de vendedor viajero, se ausentaría hasta el martes. El convite a su amiga de la capital no se hizo esperar y aquella tarde de viernes ambas comadres se daban un gran abrazo en el terminal de buses del elegante balneario.



Disfrutaron de un opíparo desayuno al día siguiente y, luego de probarse varios trajes de baño de la patrona de Olga, enfilaron rumbo hacia Reñaca, la playa de moda de aquella época. La idea original era asumir el rol de jóvenes damas de la alta sociedad y disfrutar inocentemente de la travesura. Al llegar al exclusivo balneario, Rosita se despojó de su solera y dejó al descubierto su hermosa y provocativa figura. Sus senos eréctiles y su exquisita pelvis se encontraban apenas cubiertas por un diminuto bañador. El cuadro se acentuaban con el color oro mate de su fina piel y la sensualidad de su facciones, rematadas por unos ojos negros que inquietaban. Los rostros denotando admiración de los hombres en derredor no se hicieron esperar. Rosita ya había experimentado esa experiencia antes. Sabía que el chileno es intrínsecamente voyerista e inofensivo, además de sentirse inferior ante un momumento femenino.

Sin embargo, ese mismo día un singular personaje se encontraba en Reñaca. Era un gringo que había decidido aceptar la invitación de unos amigos a pasar sus vacaciones en Chile. Al observar a Rosita perdió el aliento y decidió abordarla de inmediato. Usando a uno de sus acompañantes como intérprete se presentó ante ella y le explicó su repentino y vivo interés. Era Carl Barks, un prestigioso y señero dibujante de EEUU, que otrora le había dado vida durante casi cuarenta años al Pato Donald y a su antropomórfica familia en un famoso cómic, pero que había abandonado hace algún tiempo su tarea y se encontraba replanteándose la vida y su trabajo, deseando publicar en medios de consumo adultos. Hubo que vencer variados obstáculos de entendimiento, pero al final Rosita se enteró que este anciano deseaba contratarla como modelo de pin up. Para ello, le cancelaría generosamente si posaba para él.


Más por una chiquillada, que por interés monetario (Barks le canceló en dólares), Rosita fue su modelo por un día. Hasta ese momento su vida consistía en atender a su marido, a quien en ese tiempo amaba mucho, trabajar en su casa de costurera y realizar las labores de casa. La idea de convertirse en una reina deseada por una vez la sedujo poderosamente. Barks realizó variados croquis de su figura y gastó al menos tres rollos fotográficos en ella. Rosita retornó a la capital y a su vida y durante un tiempo no se habló ni se supo más del asunto. Hasta que su confidente amiga de la Quinta Región la llamó para indicarle casi a gritos por el teléfono que comprara la última edición de la revista Play Boy, ya que en la biblioteca de su patrón descubrió que la bella aparecía en sus páginas interiores. Rosita ignoraba la existencia del sexista producto, pero luego de arduos esfuerzos dio con la revista en un quiosco de Providencia y constató que Barks la había dibujado en blanco y negro y completamente desnuda sobre unos inmensos almohadones.

El calor que sintió su cuerpo, mezcla de orgullo y placer, fue indiscriptible. Pero la cordura primó en ella y guardó bajo siete llaves la erótica publicación e intentó proseguir con su vida. Sólo quedó en el intento, ya que varios artistas del desnudo sugerente, enamorados de su figura, la visitaron en ese entonces. Se citó en secreto con cada uno de ellos. Así recorrieron su cuerpo con el lápiz y la plumilla, nombres de la talla de Dave Stevens, Fran Frazetta y George Petty, quienes supieron de la existencia de un pequeño país sudamericano sólo por contemplar, admirar y retratar a Rosita. Rechazó una a una las invitaciones a acompañarlos al país del norte. Rosita era una mujer fiel a su esposo.
Eran tiempos extremos. El gobierno de Allende daba evidentes muestras de deterioro y el desabastecimiento campeaba. Los honorarios de Rosita cancelados en verdes billetes servían para enfrentar la penosa situación familiar, sin que su marido se enterara de su procedencia.


Rosita creyó que sus penurias acababan, porque caía el líder de la Unidad popular, junto con su administración y era reemplazado por un gobierno de militares. Rápidamente se unió a la causa de la Reconstrucción Nacional, eufemismo que usaron los jerarcas de la época para denominar a su proyecto de dominación. Se unió a la agrupación CEMA Chile, comandada por la esposa del general en jefe del gobierno. Incluso se rio de buena gana cuando se enteró que un desconocido dibujante norteamericano la dibujó (ella dedujo que había utilizado fotos de Barks), posando como una cosmonauta soviética. Lo atribuyó a que su breve carrera de pin up la había realizado durante el gobierno izquierdista anterior, por lo que el anónimo artista se había confundido.


Trabajabando denodadamente para su familia y la causa de los nuevos patrones nacionales fue invitada a una recepción de militares y esposas. Los lascivos ojos de los altos uniformados se posaron en su bella figura y recibió una sugerente invitación a una reunión privada con los mismos. Se negó tajantemente y abandonó el lugar indignada. Ante tal negativa, algunos mandamases pidieron investigar a esa china que declinaba de una manera tan altiva una invitación que las mujeres más hermosas del país aceptaban gustosas. Detectar su supuesta vinculación con el comunismo internacional (debido a la imagen de la astronauta) y llevarla a un centro de detención fueron acciones que se sucedieron en sólo una noche.
Rosita comenzaba su calvario. Fue dejada en libertad tiempo después sólo luego de comprobar, con apremios espantosos, que era una alma libre cuya conciencia reducida no le permitía entender en lo que se había involucrado. Su marido se enteró de su pasado de modelo erótica y su supuesta inclinación socialista y se convirtió en un torturador más. Rosita, con lágrimas en los ojos, lo abandonó y se sumió en el más trágico de los silencios. Hasta que con el advenimiento de la democracia, intentó que repararan su vida mancillada. Fue inútil. Los distintos gobiernos concertacionistas no desearon involucrarse, según ellos, con una mujer que había coqueteado abiertamente con el marxismo y con la dictadura nacional más cruenta de que se tenga memoria, sin considerar que había vivido una supuesta vida licenciosa. Además sus detractores, al enterarse de todo, la utilizarían para atacar duramente a los nuevos administradores de palacio.
Termino estas palabras teniendo a Rosita González, ya de casi setenta años marcados en su rostro y absolutamente sola, frente a mí. Le consulto por la opinión que posee de todas y cada una de las personas que desfilaron por su vida, incluyéndome a mí en su calidad de cronista, luego de su lastimoso periplo. Creo que la última imagen de esta narración contesta con creces tal pregunta.

sábado, 18 de julio de 2009

Economía de Mercado

Venta de chatarra
interestelar en el
Persa Bío Bío
Que no se llame a confusiones. Lo que expongo aquí con convicción y valentía no es un ataque artero al Mercado Persa Bío Bío. Si existe algún lugar amado por mí en Santiago es este pedazo de cielo anárquico que se ubica en el populoso barrio Franklin. No en vano he gastado y he gustado durante largos años de mi vida recorriendo y saboreando cada galpón, cada cuadra, cada vericueto de este pacífico monstruo laberíntico capitalino. Habiendo dicho esto, me veo en la obligación de denunciar un tráfico de artículos cuyo origen no es terrestre.



¡Qué más da! dirá usted y con justa razón. A qué tanta alaraca por otra de la muchas infracciones que se cometen en este lugar. La esencia del Persa es el trueque ilegal, a vista y paciencia de la autoridad (in)competente (¡esa es la gracia!). Por cierto que usted posee la razón, pero esas infracciones eran nuestras, criollas, güachacas. Que comenzaban con nosotros y acababan con nosotros. Las leyes no escritas las imponíamos según nuestros pareceres y sin preguntarle la opinión a ningún mandamás, ni siquiera a los milicos durante los setenta y ochenta, salvo cuando el alcalde Ravinet, en los noventa y sin consultarle a nadie, trazó el actual "plan regulador" del Persa Bío Bío y lo modeló como se conoce en la actualidad.


Al punto. En este cuasi sacrosantro lugar se trafica mercancía venida de otras galaxias. Quizás para algunos sea la noticia del siglo, toda vez que se dilucidaría la existencia de vida extraterrestre, constaríamos con tecnología de punta y todo esto ocurriendo nada menos que en suelo patrio. Quienes piensan así le erran fiero, porque este tipo de transacciones llevan décadas realizándose en los países del primer mundo, en donde el intercambio sofisticado de productos y servicios avanzadísimos es toda una realidad. ¿De dónde creen ustedes que los gringos y los japoneses obtienen sus adelantos y en tiempo record?




El gran problema es que la basura, el sobrante, lo que dejó de ser útil para el Occidente desarrollado llega a parar a nuestras ferias, disfrazado de ofertón, de ganga, de novedad del año. ¿Usted nunca se ha preguntado por qué tal cantidad de millones de dvd's y cd's de películas y música de tan buena calidad que se transan cada fin de semana? ¿Tantos miles de celulares habilitados al momento? ¿Tanto repuesto indicado y justo para ser utilizado? ¿Quién los fabrica? ¿Por qué siempre la policía detiene a los distribuidores y no al eslabón que origina la cadena del tráfico? Demasiadas interrogantes sin la debida respuesta.



Y las preguntas siguen: ¿por qué se lleva a cabo esta operación? ¿quién se beneficia con ella? ¿quién tiene el poder para encubrirla? Las respuestas, aunque usted no lo crea, son obvias. En primer lugar para mantener el status quo del subdesarrollo. En la segunda interrogante nuestra clase dominante tiene la palabra. Y por último, del '89 hacia atrás los uniformados y la derecha política son los socios fundadores del proyecto y del '90 en adelante la Concertación gobernante sólo se sumó a la lista de beneficiados. Desde esta humilde tribuna llamó a los santiaguinos de corazón, amantes de lo nuestro y de la libertad a elegir a organizarnos y crear conciencia que el Persa Bío Bío es producto nacional, no envasable, ni intercambiable y por ningún motivo desechable.

domingo, 12 de julio de 2009

Tedio productivo (del archivo de "Santiago distópico")

SENSUALIDAD DE ALTO RIESGO
EN EL METRO DE SANTIAGO

Era una mañana como cualquier otra en el tren metropolitano. Andenes y carros atestados de gente que demostraban prisa por llegar a un destino predeterminado por misteriosas fuerzas que dominaban en las sombras. Yo sólo era un peón más, un binario perfectamente programado y que calzaba de manera precisa en el gran ordenador. Fue entonces cuando las vi...

En un primer momento se mimetizaban con nosotros. Sin embargo, una de ellas, aprovechando que el tren se detenía más tiempo del normal, extrajo un lápiz labial de su bolso y comenzó a deslizarlo por sus labios, mientras se miraba en un diminuto espejo. Las ojos de los pasajeros no pudieron evitar captar en toda su plenitud aquel sublime y mágico momento. Era sólo el inicio. Su acompañante, coquetamente, comenzó a aplicar en sus mejillas una base de rubor con un pincel de abultados pelos. Las otrora mujeres masa, ahora semejaban dos maravillosos ángeles.


A la mañana siguiente otras jovencitas, aprovechando las cada vez más frecuentes detenciones de los carros y ya advertidas de nuestro vivo interés en observarlas, comenzaron a acicalarse de modo sensual. Fue así que los delineadores cumplían con la tarea de renacer bellos ojos femeninos y la paleta de rimel, dibujaba cual artista los rostros de nuestros objetos, a esas alturas, ya deseados. Cada una de ellas competía por nuestra atención total y se nos dificultaba optar por sólo una de ellas. El torneo se desató y alcanzó niveles inauditos. Cada día poseía su afán. Nosotros, absolutamente agradecidos, tomabamos palco para presenciar el encuentro de cada mañana.

Ellas, ya no contentas con motivar nuestra líbido, se enfrascaron en despertarnos el morbo y el terror. No sólo se aplicaban el maquillaje eróticamente, sino que además lo efectuaban con el tren en marcha, agregando un peligro inminente. Con el corazón en la boca, nosotros esperabamos que luego de una brusca detención, un lápiz labial fuera tragado por una dulce boca femenina o aún peor, que un delineador reventara el ojo de una de las bellas. El paroxismo ocurrió cuando una colegiala se sentó resueltamente en el piso. Buscó dentro de su mochila el bolso de pinturas y dio comienzo a la operación, mientras sostenía un pequeño dulce de paleta en sus labios. Demás está decir que si el maquinista hubiera recibido la orden de detención perentoria, la estudiante habría sido aplastada por los numerosos pasajeros que la rodeaban.

Traté de abstraerme de tal horrorosa situación y dirigí mi vista hacia otro lugar, lejos de esas endemoniadas mujeres. Confieso que no me agradó lo que descubrí. Dos muchachos intercambiaban aviesas miradas en las que creí descubrir el que sería el germen del torneo masculino que se avecinaba. Si prospera esa maldita idea (y creo que nada la detendrá) optaré por viajar definitivamente en las destartaladas micros viejas. Por lo menos, en ellas nadie desea probarle nada a nadie. Además me da escalofrío pensar cuando aquellos jóvenes, arrastrados por el insano deseo de vencer a cualquier precio, acaben portando filosas navajas y se afeiten en seco, usando los vidrios de las puertas correderas como improvisados espejos mientras los carros del Metro se desplazan por la capital.

miércoles, 8 de julio de 2009

Una tertulia bizarra (del archivo de "Santiago distópico")



El comentario televisivo de Lou Ferrigno

Luego del holocausto nuclear, ¿Japón evolucionó, dejando atrás a todo el resto del orbe o aguarda el mejor momento para cobrar antiguas deudas, según un análisis profundo del manga y el animé? ¿Sabía usted que Robert Blake, el actor que interpretó a Baretta, gran serial de los setentas, se encuentra en un grave predicamento? ¿Se imagina a José María de Navasal como periodista deportivo y cubriendo el mítico Mundial de Fútbol de 1950, ese del maracanazo en Brasil? ¿De verdad sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Parecieran interrogantes lanzadas caóticamente, pero quien piensa así le erra por mucho. Son interesantes y variopintos temas que abordan cada domingo en la noche por el canal ARTV un disímil grupo de contertulios cuya única motivación es el gustar de una amena y desestructurada conversación y degustar, con igual fruición, una opípara cena regada con finos mostos en el restaurant Los Corrales de Providencia, lugar desde donde se transmite el programa.
Todo comenzó cuando Eduardo Wood Jr. , su director, planteó a los ejecutivos del canal ARTV un embrión que se encontraba en su cabeza ya hace algún tiempo. Según él, no se había explorado los gustos de ciertos adultos que gozan contando y escuchando historias que están relacionadas con su infancia, adolescencia y juventud, pero cuyas temáticas no son tradicionales ni apelan al lugar común. Al contrario, se destacan por su excentricidad y marginalidad, usando como referencia contenidos televisivos, cinematográficos, deportivos, policiales, políticos, y un extenso etcétera, pero centrando la mirada en el dato "freak" o la anécdota inquietante que rodeó un hecho o persona pública. Con ello, Wood dio en el mismísimo blanco, ya que instaló un nicho desconocido hasta ahora.
La primera tarea fue conformar la mesa redonda. Para ello, se entrevistó con decenas de personas que cumplieran el perfil, es decir, gente de apariencia conservadora, pero de profesiones u ocupaciones fuera de lo común y con un acervo narrativo que ya se lo quisiera cualquiera. Luego de maratónicas sesiones de entrevistas se conformó el equipo que originalmente constaría de seis integrantes. Por confesiones del propio director supimos que el sexto personaje era de profesión Inspector de Colegio, noble y abnegado trabajo, pero que su segunda ocupación, esta es de piloto de avión, nunca pudo ser debidamente acreditada (ver Ficha técnica). Por ello, cada domingo se suple esta pérdida con un invitado especial ad - hoc al estilo y temática del programa. Les adelantamos que en futuros programas podremos saber qué fue de Agustín Arenas y Yamilet Fernández, más conocidos como Súper - Taldo y Yamilet, la curandera de los setenta.
La temporada 2008 de este especial club acaba en Julio, aunque su ciclo se repetirá durante todo el resto del año. Finalmente, y lo que eleva aún más la calidad del programa, es que a Eduardo Wood Jr. lo llamaron desde USA para que dirigiera la segunda parte de su afamada película Plan 9 del espacio exterior. Le invitamos entonces a pasar al comedor y saborear los bizarros cuentos de estos señores, que hacen el ridículo, pero con estilo.
Ficha técnica.
Nombre del programa: El Club de la Tertulia.
Canal: ARTV
Horario: domingo, 24.00 hrs. (repetición lunes, 04.00 hrs.)
Dirección: Eduardo Wood Jr.
Contertulios:
Mike Wilson
(tarotista y vendedor viajero)
Titus Wayne (sicomago y administrador de cabaret)
Toto Miguez (prestidigitador y vista de aduanas)
Sammy Davis (alquimista y perito calígrafo)
Leoncio León (corsario y dueño de colectivos Santiago - Puente Alto).

domingo, 5 de julio de 2009

Un amante senil (Part time lover)




Manolo frisaba ya los sesenta y cinco años y no abandonaba su búsqueda por nada. Sabía que en algún lugar de esta tierra abandonada por Dios encontraría a la mujer de sus sueños.

En su juventud fue un novio de todo terreno. Patricias, Doris, Martitas, Marcelas y Magalis desfilaron por su vida y, tan rápido como llegaban a ella, la abandonaban sin pena ni gloria. Llegó el matrimonio sólo porque había que casarse. Craso error. María era el modelo opuesto a su atípico rastreo amoroso. El divorcio no tardó en llegar y la semilla que resultó de esa extrema y demasiado mundana pareja los odió hasta el día de hoy.

Desde ese momento y a la fecha, se transformó en un ferviente coleccionista de fracasos, siendo el más sonado aquel en donde conoció a la mujer más gélida de que tuvo memoria. Digo hasta ahora, porque según las investigaciones que he realizado en el caso de este bizarro amante, la crónica policial aclara en algún punto lo que sucedió. Me explico.

El viernes pasado se le vio acompañado por una hermosa anciana (quizá algo mayor que él) en un salón de baile para adultos mayores. Danzaron por casi dos horas para luego desaparecer en la noche, utilizando un radio - taxi como medio de escape. La boleta N° 5857 del Motel "Toi e Moi" confirmó su presencia en otro de sus paraderos. Lo extraño es que en la habitación que, supuestamente, los seniles amantes consumarían su apetitos atrasados, encontraron dos inertes cuerpos. Uno de ellos el de una mujer joven, trigueña, de piel blanca y de un metro con sesenta centímetros de altura. El otro, un robusto muchacho, pelo negro y ojos verdes, de un metro y setenta centímetros de altura. La policía no entendió nada y, para no pasar por ineptos, cerraron el caso, esperando que los deudos no indagaran más de la cuenta.

Pero la verdad, o lo que queda de ella se asoma en ocasiones. Entraron dos ancianos al romántico lugar. Se despojaron de sus ropas y desde el momento que se amaron comprendieron que la búsqueda había terminado. Mientras se poseían uno al otro, sus cansadas y fláccidas carnes iban recobrando vigor. Sus músculos se volvían fuertes y su energía reaparecía en todo su esplendor. Orgasmo tras orgasmo se descubrieron como las almas gemelas perdidas, aquellas con la que se tiene un místico vínculo. Se habían encontrado y de una forma maravillosa. Podían iniciar su viaje astral, siguiendo esta vez el verdadero camino amarillo hacia la tierra prometida y despojarse de esos molestos cuerpos que, al fin y al cabo, atan momentáneamente a esta dimensión.

martes, 2 de junio de 2009

Tieta

Al salir del salón belleza, Tieta ya sentía la leve palpitación de su ojo izquierdo. Al llegar a su casa el dolor se tornaba más que molesto. Aquella noche apenas pudo dormir.

Maldijo el día en que decidió tatuarse los párpados para poseer un delineado permanente y refunfuñó el cliché aquel de "para ser bella hay que ver estrellas" que su hija le mentaba reiteradamente. Sin embargo, muy dentro de sí sintió un momentáneo, pero reconfortante deleite por lo obrado. Se encontraba asumida en cuanto a su personalidad frívola y su carácter consumista. Aquello le tenía sin cuidado. - Para eso gano plata, se decía a modo de argumento final.

El dolor ocular ya daba paso a un ¡que te ves bien linda! Su ego podía seguir viviendo en paz. Pero algo la inquietaba. Su closet, muy bien surtido de todo tipo de hermosos vestidos, la colección de zapatos, botines y sus adorados cueros cubrían sus expectativas. Con el doloroso tatuaje a sus ojos sentía que se le había pasado la mano. Creía ser otra persona que osó atentar con tamaña estupidez su rostro. Con esa sensación durmió inquieta y soñó.

Al despertar,la confusión comenzaba a invadirla. ¿Por qué desearía bañarse en leche? (es lo que había experimentado mientras se movía bajo las sábanas en la madrugada). Recordó las otras noches de ojos cerrados descabelladas acciones, tales como que cortaba cabezas de indios infieles utilizando una bárbara estrategia militar, que sentía el nauseabundo olor corporal humano mientras era quemada viva en una hoguera y que se paseaba completamente desnuda a lomo de caballo por una ciudad medieval con el objeto de dar una lección a los retrógrados.

No comprendía nada. Intentó alejar de su mente los tatuajes y su extraño mundo onírico atiborrándose de trabajo y compromisos sociales. La idea era mantener la mente ocupada, olvidando incluso al novio de turno. No obstante, siempre llegaba la noche con su pesada carga de imágenes de pesadilla, que esta vez la acosaron sin piedad. Por una apuesta con unos hombres, se imaginó escribiendo un extraño relato acerca de un monstruo que volvía a la vida en una noche de tormenta y voló en mil pedazos, junto a su imaginario y amado esposo, en un Buenos Aires setentero.

La visita al sicólogo no se hizo esperar. Nada concreto. Sólo estrés, ese maldito estrés.

Esa noche se resignó a su suerte y dirigió los pasos a su cama para sufrir otra velada de aquellas, cuando, al mirarse al espejo y ver su imagen repetida hasta el infinito lo comprendió todo. Llegó la respuesta de manera tan simple y hermosa. Respiró aliviada y cuando intento correr para explicarse a su hija el maravilloso descubrimento, una encegecedora luz blanca comenzó a salir de su cuerpo. Se abandonó a su calor y no vio más que el eterno espacio que le aguardaba ahora y para siempre. El ciclo se había cerrado. Tieta, eres la última y la primera, el omega y el alfa, el final de un eslabón de una cadena que ocupará, por fin, su lugar en el universo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El cabello ubicuo


Esta semana no gané para sustos. Apenas me subí al bus-pullman que me llevaría a la V Región comencé a corregir pruebas y pruebas y más pruebas. Tan concentrado me encontraba en mi rutinaria labor, que no reparé en un cabello que colgaba cerca de mi sien. Lo cogí y me deshice de él echándolo por la borda, es decir, al pasillo del vehículo. Continué con afán y por unos minutos mi tarea, pero el pelo se encontraba nuevamente en mí. Esta vez en mi oreja izquierda. Lo quité con desdén y lo deposité bajo mis piernas. Retomé la correción de papeles y ahora se alojó en una de las hojas de mis alumnos.

- Uno no es ninguno, dos es casualidad y tres es costumbre, pensé para mí. Analice el objeto en cuestión. Era de extensión moderadamente larga, ergo era de una mujer. Si bien se encontraba liso en una de sus mitades, la otra era de un crespo artificial. (Ergo nuevamente) era de una fémina que se preocupaba de su apariencia. Observé a mi compañera de asiento ocasional que dormía plácidamente. Cero posibilidad, era de cabello corto y completamente liso. El auxiliar, que se movía de un lado para otro, era un muchacho y además imberbe. El viento no pudo alojarlo en mí, ya que el bus se encontraba con sus ventanas cerradas, porque el otoño ya había hecho su estreno hace una semana. Vencido por las posibilidades examiné el color de tal hilo natural. ¿Café, colorín o trigueño? Mala decisión. Siempre he tenido serios problemas para identificar los colores correctamente. No es que sea daltónico, sólo que no se me da la Rosa Cromática. La Paty (perdón, la Srta. Patricia Orellana, profesora de artes Plásticas de mi adolescencia setentera) siempre me decía:

- Tito, lo suyo no es color. Dedíquese al Arte Op y no salga del blanco y negro.

¡Vaya valiente consejo! Derrotado, cerré los ojos. Fue entonces cuando un onírico Arquímides vino en mi ayuda y me iluminó. La noche del viernes había soñado que nos besabamos apasionadamente con una bella mujer en la parte trasera de un auto. Sus labios eran nueve veces más dulces que la miel, ambrosía pura; y su perfume me embriagaba como un Baco que se abandona a su maravilloso vicio. Al llegar a mi casa, mi piel estaba impregnada con su presencia y sobre mis hombros tres cabellos de su autoría se encontraban firmemente asidos. Esta semana no gané para sustos, pero esos cabellos, como dijo aquella vetusta ave de los santos días idos... no me abandonarán nunca más...

sábado, 28 de febrero de 2009

Licantropía 4. La bestia en el cine.

Sr. Director:
Revista Magazine.
Presente.

Con respecto al comentario realizado por el Sr. Picarte en relación a las películas de Hombres - Lobo me permito rebatir cada uno de sus pésimos comentarios, ya que adolecen de rigor investigativo, son sesgados y demuestran su total ignorancia del tema. Debido a lo anterior aclaro lo siguiente:
La versión que hoy conocemos del mito del hombre lobo deriva, fundamentalmente, del estereotipo creado por el cine. Así, la transmisión de la licantropía vía mordedura o el uso de balas de plata como única forma de matar a un licántropo, son convenciones creadas por los guionistas cinematográficos y no legado de ninguna leyenda. El primer filme que trató el tema fue el cortometraje "The werewolf" (1913, Henry MacRae), la historia de una india navajo que se convierte en bruja tras el asesinato de su marido y que educa a su hija en el odio a los blancos. Esta buscará venganza convirtiéndose en licántropo.
Oficialmente, se considera el primer filme de temática licantrópica a "El lobo humano" (Werewolf of London, 1935, Stuart Walker) en el que Henry Hull interpretaba a un científico británico al que un lobo mordía en pleno Tibet y que regresaba a Londres con la particularidad de convertirse en una bestia semihumana durante el plenilunio. Posteriormente, el monstruo tomaría los rasgos (es un decir, pues estaban cubiertos por el maquillaje de Jack Pierce) del mítico Lon Chaney Jr.en "El hombre lobo" (The wolfman, 1941, John Waggner). El filme, que cambia el Tibet por Transilvania como lugar donde es mordido el protagonista (esta vez por un hombre lobo), establece las características definitivas del personaje en el cine, así como su muerte mediante el uso de la plata.

Pronto le salió una competidora femenina, por supuesto, y así pudimos ver a June Lockhart convirtiéndose en hirsuta alimaña de la noche en "She-wolf in London" (1946, Jean Yarbrough). Los descacharrantes cómicos Abbott y Costello tuvieron un jocoso encuentro en la pantalla con el personaje en "Abbott & Costello meet Frankestein" (1948, Charles Barton) película en la cual Drácula (Bela Lugosi) planeaba colocar el cerebro de Lou Costello en la cabeza de Frankenstein mientras por allí merodeaba un hombre lobo nuevamente interpretado por Lon Chaney. El filme (delirante desde cualquier punto de vista), en el cual Vincent Price también colaboraba poniendo una voz en off, se enmarcaba en un contexto en el cual los clásicos filmes de Terror de la Universal estaban en pleno declive comercial.
Ese declive del género fantaterrorífico se vio aún más nítidamente en filmes del tipo "Yo fuí un hombre lobo adolescente" (I was a teenage werewolf, 1957, Gene Fowler, Jr.) con Michael Landon (si, el de "Bonanza" o "La casa de la pradera") haciendo de licántropo con acné. "Werewolf in a girl's dormitory" (1961, Richard Benson) también caminaba por parecida línea con un director de un colegio para chicas problemáticas que se convertía en hombre lobo de, en el fondo, libidinosas intenciones.

En los sesenta el mito es vapuleado sin piedad en versiones cada vez más flojas. En "La maldición del hombre lobo" (The curse of the werewolf, 1961, Terence Fisher), Oliver Reed interpretaba al español León Corledo quien nace en Navidad, fruto de una violación, y se convierte en una bestia hambrienta de carne humana (leve variación del origen fílmico del mito que retoma una de las leyendas sobre su génesis). Intentando prolongar el éxito de sus inicios, en vano, Lon Chaney Jr. interpretó de nuevo al personaje (o más bien a una caricatura del mismo) en "Face of the screaming werewolf (1964, Gilberto Martínez Solares/Rafael Portillo). En este extraño filme, el licántropo cinematográfico por antonomasia interpretaba a un hombre lobo momificado azteca.
Los 70 no se presentaban mucho mejor con subproductos como "Werewolf of Woodstock" (1975, John Moffitt), donde una descarga eléctrica sufrida por un hombre en el lugar de celebración del mítico megaconcierto del 69 le convierte en un licántropo hambriento, o "The boy who cried werewolf" (1973, Nathan Juran) sobre un niño que descubre que su padre se ha convertido en hombre lobo. La cumbre del kitsch tal vez la ocupe la producción mexicana "Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo" (1972, Miguel M. Delgado) con los célebres luchadores aztecas repartiendo mamporros.
Sería en los 80 cuanto el género licantrópico recuperaría parte de su esplendor con la popular saga iniciada por "Aullidos" (The howling, 1980, Joe Dante), la adaptación de Stephen King "Miedo Azul" (Silver Bullet, 1985, Daniel Attias), la estupenda comedia macabra "Un hombre lobo americano en Londres" (An american werewolf in London, 1981, John Landis) y, sobre todo, la extraordinariamente poética "En compañía de lobos" (Company of wolves, 1984, Neil Jordan). Esta última cinta presentaba una analogía entre el género terrorífico y los cuentos infantiles, en la cual el mito del hombre lobo estaba más que relacionado con la génesis del cuento de Caperucita Roja. Una auténtica joya, sin duda. Claro que también habría lugar para la parodia con el remake no-oficial de "Yo fui un hombre lobo adolescente" que protagonizó Michael J. Fox y que fue titulado "Teen wolf" (1985, Rod Daniel).

Por su parte "Lobo" (Wolf, 1994, Mike Nichols) no carecía de interés si bien los dobles de Jack Nicholson "cantaban" en exceso. Sin, embargo, la metáfora sobre el deseo de una segunda oportunidad tras el declive masculino, la contención interpretativa del gran Jack y la relación de seductor/seducido que mantiene con Michelle Pfeiffer dan como resultado una visión de la licantropía, como mínimo, diferente y estimulante. Otros títulos han sido "Werewolf" (1996, Tony Zarindast), "Rage of the werewolf" (1999, Kevin J. Lindenmuth), etc...
Y no nos olvidamos del español Paul Naschy (Jacinto Molina), el actor que más veces ha interpretado en pantalla al hombre lobo. Entre sus títulos más conocidos destacan "La marca del hombre lobo" (1968, Enrique López Eguilluz), "La furia del hombre lobo" (1970, José Mª Zabalza), "Licántropo" (1996, Francisco Rodríguez Gordillo) y, por supuesto, la mítica "La noche de Walpurgis" (1970, Leon Klimovsky). En todas ellas ha demostrado su pericia a la hora de encarnar el lado más humano (y también el más oscuro) de la bestia, si bien la mayoría de sus filmes contemplados hoy en día resultan bastante desfasados e incluso, en ocasiones, involuntariamente cómicos. De hecho, solo la presencia de Naschy (en su sempiterno rol de Waldemar Daninsky) los salva.
Para finalizar, merece especial mención el filme que ha tratado el tema de la licantropía con mayor verosimilitud: "El bosque del lobo" (1971, Pedro Olea). La historia de esta cinta se basaba en casos reales de enfermos (mentales, mayormente) que se volvían sanguinarios asesinos durante las noches de luna llena, mientras que en su vida normal eran pacíficos y tranquilos. José Luis López Vázquez (en una de sus mejores interpretaciones, que ya es decir) interpretaba a Benito Freire, un "alobado" que paseaba su desgraciada enfermedad y su patético destino por esos pueblos y bosques de Dios. Sin necesidad de Fx ni maquillaje, las "transformaciones" que sufría durante el plenilunio ponían el vello de punta. Un filme a reivindicar.
Disculpe lo extenso de la carta, pero en beneficio de la verdad, el rigor de la información y el buen nombre del mito del hombre - lobo se hacía del todo necesario.

Se despide s.s.s.
Leo Chaney.
Santiago

lunes, 23 de febrero de 2009

Licantropía 3. El macho deja pistas.

Horóscopo semanal.
GEMINIS:
El sol entra el signo zodiacal de Géminis por el 22 de Mayo y se va a mediados del 21 de junio. Géminis está gobernado por Mercurio. En la astronomía clásica Jupiter es considerada debilitadora en éste signo. Es caliente, húmedo, masculino, signo mutable y un miembro del elemento aire. Sus colores son blanco, algunas veces mezclado con rojo, y su Angel Guardian es Ambriel. Es symbolizado por gemelos.
Es probable que Géminis se sienta más en casa; con una ocupación variada, con contacto con la gente y manejando información. La buena voluntad de Géminis es experimentar y adaptarse a nuevas circunstancias e informaciónes; un gran punto a su favor para muchas compañías, especialmente las de transporte, enseñanza, publicidad, los medios de communicación y la medicina. Los Geminianos son los más activos al nivel de profesiones científicas, son los escritores, profesores, y empleados independientes.

Horóscopo actualizado de

Una ventana al corazón

Soy un alma solitaria que busca compañía. Tengo 37 años, divorciado, un hijo (de 20 años). Mis seis hermanas mayores me encuentran bien parecido. Poseo pelo negro, ojos azules y mido 1.72 mts. Mi signo es Géminis, es decir, me asumo como un purasangre. Soy publicista y en mis ratos libres me dedico a las caricaturas. Leo constantemente, en especial textos que contengan relatos de Ciencia -Ficción (en especial Clark, Verne, Bradbury, Borges y Bioy Casares). Tengo un pasar económico estable y busco una relación seria y duradera. Propósito: consolidar la relación para realizar planes a futuro. En pocas palabras: deseo alimentarme de tu amor. Escribir a Leo Chaney. casilla 3778. Correo central. Santiago.

sábado, 21 de febrero de 2009

Licantropía 2. El horror se consolida.

SIGUE OLA DE BRUTALES CRÍMENES
LA CARNICERÍA HUMANA
COBRA MÁS VÍCTIMASHorrible imagen de jovencita devorada
A un día de ocurrido el espantoso crimen de la ciudadana peruana, son hallados los restos semidevorados de una familia en su departamento de La Reina. El modus operandi fue similar, es decir, cuerpos masticados y la ausencia de algunas de sus extremidades o parte de sus visceras. Carabineros y Policía de Investigaciones aún sin pistas concretas.
La alerta la dio un guardia de seguridad que pasaba por fuera del edificio de las víctimas. Según sus propias palabras sintió unos gritos desgarradores, carreras desenfrenadas, forcejeos y unos extraños sonidos graves que no pudo identificar. Llamó de inmediato a Carabineros, para posteriormente subir por las escaleras e ingresar al lugar del suceso.
Lo que presenció el guardia desbordaba cualquier imaginación. Eran dos cuerpos despedazados. Uno, el de la joven Mirta Pacheco Altamirano, hallado sobre una tina de baño y el otro, el de su padre Roberto Pacheco Salinas, salvajemente ultrajado y postrado en un sillón del living de su casa. Daba la impresión que el o los asesinos se habían ensañado con el cuerpo de la joven, ya que presentaba las peores heridas, toda vez que su tórax se hallaba abierto y vacío por dentro.
Sin embargo, lo que ignoraba el guardia y que Policía de Investigaciones encontró en horas de la mañana en un sitio eriazo, tras el condominio, fue el cuerpo sin vida de Soledad Rodríguez Pacheco, hija de Mirta, de sólo dos años de edad, a quien le habían arrancado sus dos piernas y parte de su pecho. Todos los restos de la infortunada familia se encuentran en el Servicio Médico Legal para las autopsias correspondientes.
Finalmente, tanto Carabineros como Policía de Investigaciones emitieron un comunicado oficial en el que establecían su más irrestricto cumplimiento del deber, esto es, que realizarán todas las diligencias pertinentes para aclarar estos macabros asesinatos y atrapar a el o los responsables. Por lo que la cuidadanía debe sentirse segura y confiar en sus autoridades.

lunes, 16 de febrero de 2009

Licantropía 1. La punta de la hebra.

ESPANTOSO HALLAZGO EN
DEPARTAMENTO DE ÑUÑOA
¡¡¡MUJER DEVORADA!!!
Investigaciones y Carabineros
sin pista alguna del horrendo crimen.
Espectacular imagen de los restos de la víctima

En horas de esta madrugada se ha encontrado el cuerpo sin vida y semidevorado de Carmen Paz Valdivia Negrete, de nacionalidad peruana y avecindada en nuestro país desde agosto del año pasado. Carabineros y Policía de Investigaciones aún no emiten un comunicado oficial respecto al impactante deceso de la mujer.
Exactamente a las 5.15 hrs. una patrulla de Carabineros, alertada por vecinos irrumpió en el domicilio de la siniestrada mujer, encontrando el cuerpo sin vida de la Sra. Valdivia. Constataron, con estupor, que su carne se hallaba magullada y masticada y parte de sus restos, esto es visceras y trozos de piel, se hallaban dispersos por el piso de la habitación.
Posteriormente, personal de Policía de Investigaciones llegó al domicilio, acordonando el lugar del suceso y prohibiendo la entrada a cualquier intruso.
Tanto el Jefe de la Brigada de Investigaciones como el Capitan de Carabineros se retiraron sin hacer declaración alguna y con evidente preocupación en sus rostros. Consultando a los vecinos, estos nos entregaron algunas de sus impresiones:
- Me desperté de madrugada...Oí unos forcejeos y luego unos gritos aterradores, para acabar en un silencio profundo...Todo fue muy extraño... (Ma. Luisa Vega, jubilada).
- Un horrible grito me sacó de la cama. Sentí carreras en el piso de arriba...luego nada...(Jaime Rodríguez, joyero, vecino de la mujer asesinada).
- Al sentir los gritos subí cuan rápido pude. Al llegar la puerta estaba cerrada. La abrí de un golpe y cuando entré me encontré con el cuerpo de la señora Carmen tendida en el piso y al mirar más de cerca, vi el espantoso estado de su cuerpo...vomité como nunca lo había hecho en mi vida... (Fernando Oliva, nochero).
Las teorías son tan variadas como personas que han reflexionado ante el macabro hecho:
- Es una secta satánica que llevó a cabo un ritual espeluznante (Pedro Soto, detective retirado).
- Es un sofisticado robo que quiere hacerse pasar por asesinato (Carlos Sanz, psicólogo).
- La violenta manera en que se llevó a cabo delata la presencia de un animal amaestrado y de personas que prepararon todo de antemano. (Edgardo Alan Poers, escritor).
Tanto el móvil como la identidad de los asesinos siguen siendo un misterio para todos. Nuestros encargados del orden y la seguridad de la ciudad tienen ahora la palabra.

martes, 10 de febrero de 2009

El sueño de Dante

-Ella se llama Virginia, me dijo Felipe. Es una parasicóloga y clarividente y vive en Independencia, cerca del Estadio Santa Laura. Se encuentra explorando las potencialidades del estado onírico en las personas, para así develar algún secreto de la personalidad del ser humano.
Nos encaminamos hacia ese populoso barrio, tal vez aquella dama nos aclararía de alguna manera la diferencia de opiniones que tuvimos con mi hijo mayor con respecto a nuestros temores más espantosos y que creíamos desconocidos.
- ¿Así que desean acercarse al horror?
Virginia nos lanzaba aquellas palabras con una mezcla de coquetería y un dejo de misterio.
-El joven va primero, luego usted.
No me quedó otra que esperar impacientemente. De manera maquinal leía unas insulsas revistas de farándula nacional diseminadas en una mesita. El tiempo transcurría lento, lentísimo. De pronto Felipe apareció en el dintel de la consulta de la dama. Su rostro venía demudado y su polera veraniega tenía impregnado el copioso sudor de su cuerpo.
- Es su turno.
Ingresé a la salita sin dejar de mirar a mi vástago y a su rostro inexpresivo. Me solicitó, con amabilidad me tendiera en una cómoda camilla y cerrara los ojos. Acto seguido escuché una melodía cadenciosa y sentí sus pequeñas, pero hábiles manos masajeando mi cabeza...
Desperté en un salón en donde dominaban los colores pasteles, tanto en paredes como en mobiliaro. Este último era de una sobriedad recalcitrante. No se divisaban ventanas y frente a mí se encontraban cuatro personas. Una anciana pequeña, bien conservada y vestida de negro y gris; un varón, de aspecto caucásico, en el cual me llamaron la atención su chaleco y calcetines con rombitos y las dos restantes eran unas mujeres de mediana edad. Una gorda, casi mórbida, tan pálida como la palidez misma y la otra crespa y de una extraña, pero triste belleza.
Al parecer me conocían de toda una vida. Hablaban casi a los gritos, conversaban y se reían de obviedades, discutían acaloradamente de política y religión, casi hasta sacarse los ojos mutuamente defendiendo posturas ultraconservadoras, para luego actuar como si nada estuviera pasando. Todo ello ambientado por la música de un cd de los mejores éxitos de "Mocedades".
Los primeros minutos me dediqué a observar al cuarteto, en donde la señora monopolizaba las temáticas y monologaba hasta el hartazgo sin que los otros habitantes de tan peculiar cuarteto la interrumpieran ni la escucharan. Hasta que llegó mi turno.
Fue entonces cuando experimenté el horror. Les iba a echar encima todos mis posturas liberales, reirme en su cara de su arcaico modo de vida para luego salir de ese espantoso lugar. Sin embargo, mi exterior sólo convenía con ellos en todo, se carcajeaba de sus chistes insulsos y tarareaba las canciones del grupo musical español. Mi interior luchaba denodadamente por controlar la situación, sin lograrlo. Incluso, cuando intenté sentir mi sexo, este se encontraba borrado de mi cuerpo.Lo entendí perfectamente. Me encontraba viviendo mi temor más profundo.
Desperté sudado y con una angustia que me comía entero. Felipe y yo abandonamos aquel lugar, mientras le narraba mi abyecta experiencia. Intrigado le consulté por la suya. Sólo se limitó a describir escuetamente que rasgueaba su guitarra eléctrica por toda la eternidad.
- Pero eso siempre te ha gustado, dije.
-Sí, me contestó, -pero prueba algo que ames profundamente y haz sólo eso una eternidad. Lo terminarás odiando.
Mi hijo y yo lo comprendimos. Virginia nos había dado un paseo por el centro mismo de nuestro pandemonium.

miércoles, 21 de enero de 2009

El Sr. Quijano

Hacía tres días que Alonso no llegaba a su departamento de la Villa Olímpica, en Ñuñoa. Pancho, su vecino peluquero, y Fermín, hombre de fe y amable vecino, al igual que el estilista, se encontraban con la inquietud a flor de piel. Se escuchó en el primer piso una corta, pero frenética detención de un automóvil. Risas, portazos y nuevo partida del bólido con destino desconocido.
En el piso yacía un ya conocido Alonso, con la curda de tres días y en lamentable estado. Sus amigos corrieron a socorrerlo y constataron que se encontraba envuelto en su raída capa del caballero de la noche, su polera de Linterna Verde manchada de vómito y la ropa interior, expuesta, patéticamente, sobre sus pantalones.
Lo asearon y lo acostaron en su cama, para luego concluir que Alonso, esta vez, había llegado demasiado lejos. Pancho y Fermín, hombres de buen corazón, pero de pocas luces en cuestiones bizarras decidieron dar un drástico giro a la vida de su peculiar amigo y concibieron la idea más absurda que se tenga memoria.
Aprovechando el profundo sueño de Alonso abrieron de par en par el ventanal del departamento y fueron lanzado a través de él y quemando a la vez, cuanto cómic y película en formato dvd hallaron, creyendo, con firmeza de tahúr, que aquellos satánicos y diminutos seres eran los causantes del estado calamitoso de su amigo Alonso. He aquí el resultado.

A la hoguera:

Comics: La muerte de Superman, la Liga de la Justicia (toda la saga), todo "lo que huela" a Marvel, la DC en sus tiempos de "ñoñez" y la colección completa de Condorito.
Dvd`s: Heavy Metal 2000, Alien, La guerra de las Galaxias, 2010, Depredador, Encuentros cercanos del 3º tipo, E.T., Parque Jurásico y un largo etcétera de películas CI -FI que les importó más la forma que el fondo.

Se mantienen con vida
:
Comics: El regreso del Caballero Nocturno, Watchmen, El Eternauta, Den, Sin City, Batman (de Neil Adams), V de vendetta, Sandman, From Hell y Spawn.
Dvd´s: Blade Runner, Dark City, I.A., La Naranja Mecánica, 2001 Una odisea del espacio, Duna, Hombre mirando al sudeste, Heavy Metal y la colección íntegra del período de oro de la ciencia ficción de los 50º.

Tanto el estilista como el devoto quedaron satisfechos con lo obrado.
- Alonso olvidará, quema mediante, toda este mundo virtual y alejado de la realidad de los hombres, decía Pancho.
- Además le perdonamos algunas de sus entretenciones, para que no nos odie más de la cuenta, agregaba Fermín.
Tal vez no contemplaron una diminuta posibilidad. Alonso, como consumidor y coleccionista profesional no dejaría al alcance de cualquiera sus preciados tesoros. Ambos amigos jamás revisarían en los dobles fondos de cada mueble o estantería. Allí, el astuto Alonso, guardaba celosamente sus preciados comics y dvd´s. Los que condenaron a la pira eran sólo copias adquiridas en el Persa Bío - Bío, para hacer caer a incautos o ladrones de poca monta.

Moraleja (consejo y/o conseja sólo para damas):

Si te involucras con un tipo bizarro,
aléjate despavorida,
no sea que acabes envuelta en un patético barro
o te enamores, Dios nos libre, de por vida...

viernes, 16 de enero de 2009

La mujer que odiaba los lentes de sol

Alejandra había iniciado su extraña cruzada a los diez años de edad. Rompía cuanto lente de sol encontraba. Sus padres pagaban el costo de cada uno de ellos, con una mezcla de asombro y de rabia a las personas que eran víctimas de la ira descontralada de su pequeña hijita.
Todo comenzó cuando su padre le hizo, según ella, una gran revelación: "la felicidad la traen los días soleados", le dijo con aire solemne. Desde ese momento, la niña entró en la dualidad del amor/odio, es decir, amor a las mañanas soleadas e inquina a las nubladas.
Una infeliz y calurosa tarde de febrero paseaba con sus padres y reparó en que varios transeúntes portaban lentes de sol. La pregunta no se hizo esperar:
- ¿Por qué ellos utilizan esos lentes, papá?, ¿es que están ciegos?.
- Hija, a ellos no les gusta el sol. Nueva y peligrosa revelación de su padre.
Alejandra no entendió la verdadera razón del uso de los anteojos, más bien, tergiversó las palabras de su progenitor. Y comenzó el calvario. Pisoteó, pulverizó, trizó y destripó todas las antiparras oscuras que pasaban cerca de su presencia. Deseaba la felicidad de la gente, por ello intentaba sacarlos de su mundo de oscuridad.
En la ceremonia de graduación, sus compañeros, antes de lanzar sus birretes al aire, se colocaron lentes de sol, dejándole claro que su cruzada no valía nada.
Ya en la universidad, no logró convencer a nadie de sus objetivos. Es más, le recomendaron encarecidamente una visita a un buen psicólogo. Mientras los vendedores de anteojos de sol no sabían si amarla u odiarla, ya que asaltaba cada tienda, destrozando el objeto de su odio, mientras que subían las ventas de los lentes, debido a su peculiar conducta.
Alejandra, de treinta años y coexistiendo con el mundo del trabajo intento madurar, pero poco. Desarrolló sofisticadas estratagemas para continuar con su insólito derrotero. Pedía prestado anteojos que perdía sutilmente, abrazaba efusivamente a varones, cuyas gafas se encontraban colgados del pecho de la camisa para así malograr esos demoníacos adminículos y descubrió el hábito de fumar sólo para dejar, descuidadamente, su cigarrillo encendido, cerca de algún vidrio plastico del objeto odiado y así marcarlo de por vida. Todo ello le costó una vida de soltería indefinida, la soledad fue su única compañera y sólo sus arranques de furia la conectaban con el resto del mundo.
Actualmente Alejandra se encuentra internada en una casa de rehabilitación mental , sus padres lloran su maldita suerte y los doctores la dan como caso perdido. Sin embargo, ella por fin es feliz. Autorizó filmar un documental de su extraño caso a una cadena de canales extranjeros (lo que le significó pingües ganancias que aseguraron su estadía en el nosocomio), consiguó un trabajo de testeadora de lentes de sol irrompibles ("a prueba de Alejandra", rezaba el slogan) y conoció por fin el amor en un paciente esquizofrénico que mataba el tiempo rasgando las telas de los quitasoles.

lunes, 12 de enero de 2009

La paila.

A Samuel le precedía su fama, en especial desde que adquirió un auto propio. Frente a sus amigos se jactaba denominando al vehículo como "la paila".
-¿Por qué?, preguntaban socarronamente sus amigos.
- Porque la mujer que sube a mi cacharro esta "frita", respondía riendo con todo su cuerpo.
La pandilla amplificaba la imagen de Samuel por todo el vecindario:
-Es un monstruo con las mujeres.
-Se "ha comido" a todas las lolas que ha deseado.
-Ahora que compró un "tocomocho" nada lo detiene.
Beatriz no creía en imágenes de cartón. Luego de haber puesto en su lugar, cachetada mediante, a Carlos, por atreverse a decir públicamente que ella estaba interesada en su persona (nada más falso, ya que la bella joven, de un sólo papirote, lo había devuelto a la realidad) pensaba poner orden a tanto machismo imperante. Era el turno de Samuel. Era hora que alguien le revelara unas cuantas verdades a ese insolente seductor de pacotilla.
La cita no se hizo esperar. Era un jueves en la noche y Beatriz subía mansamente al carro de Samuel. Deambularon por República, La Alameda, Providencia y Pedro de Valdivia. La conversación era trivial y aburrida. Samuel estacionó su juguete con ruedas en una oscura calle.
-Es el momento, se dijo a sí misma Beatriz.
-Pasa al asiento trasero, dijo Samuel, con un tono de voz que imitaba malamante a un seductor.
La joven cambió de asiento y se aprestó para darle la lección de su vida al farsante.
-Ya verás si esta chatarra se sigue llamando la "paila". ¿"Así que estoy frita"? ¿Vas a comerme al igual que las otras?, pensaba con ira la damisela, mientras se acomodaba en el asiento. -Ponme un dedo encima y verás lo que te espera.
En ese momento unas finas manos de metal con unos terminales de tenazas aparecieron de las sombras y desvistieron en segundos a la mujer. Acto seguido, tanto el asiento posterior como el resto de la cabina se convirtieron en metal y de unas diminutas troneras fueron lanzadas salsas, aceites, ajo molido y cebollines picados, para finalmente subir la tempertura de las planchas a un calor insoportable.
Beatriz, al borde del pánico supremo, del dolor insoportable y la muerte inminente, observó cómo Samuel la miraba con ojos lascivos tras la ventanilla, al tiempo que sus manos empuñaban firmemente un cuchillo y un tenedor, regalo de su piadosa madre, que ya en paz descansaba en la corriente sanguínea de su hijo único.