






Una distopía es una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal, es decir, en una sociedad opresiva, totalitaria o indeseable. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos. ¿Por qué Santiago de Chile es una ciudad distópica? Sólo visítala y comienza a mirar a tu alrededor...
¡Qué más da! dirá usted y con justa razón. A qué tanta alaraca por otra de la muchas infracciones que se cometen en este lugar. La esencia del Persa es el trueque ilegal, a vista y paciencia de la autoridad (in)competente (¡esa es la gracia!). Por cierto que usted posee la razón, pero esas infracciones eran nuestras, criollas, güachacas. Que comenzaban con nosotros y acababan con nosotros. Las leyes no escritas las imponíamos según nuestros pareceres y sin preguntarle la opinión a ningún mandamás, ni siquiera a los milicos durante los setenta y ochenta, salvo cuando el alcalde Ravinet, en los noventa y sin consultarle a nadie, trazó el actual "plan regulador" del Persa Bío Bío y lo modeló como se conoce en la actualidad.
El gran problema es que la basura, el sobrante, lo que dejó de ser útil para el Occidente desarrollado llega a parar a nuestras ferias, disfrazado de ofertón, de ganga, de novedad del año. ¿Usted nunca se ha preguntado por qué tal cantidad de millones de dvd's y cd's de películas y música de tan buena calidad que se transan cada fin de semana? ¿Tantos miles de celulares habilitados al momento? ¿Tanto repuesto indicado y justo para ser utilizado? ¿Quién los fabrica? ¿Por qué siempre la policía detiene a los distribuidores y no al eslabón que origina la cadena del tráfico? Demasiadas interrogantes sin la debida respuesta.